¡Enloqueció! Los instintos asesinos de Mingo Vázquez

Alfredo Basópoli Reyes
Empujado por su ambición, Domingo -Mingo- Vázquez, quedó trastornado, enloqueció, en el inter del proceso electoral en el que está en juego la alcaldía de Ahome, sacando lo peor como persona, exhibiéndose como lo que es, un ser ruin, despreciable, dispuesto a dañar y destruir todo a su paso con tal de obtener Poder, enseñando trastornos mentales con inclinaciones al asesinato.
El candidato de la alianza “»Fuerza y Corazón por México»” no soportó que en una serie de trabajos periodísticos profesionales El DEBATE sacara a la luz pública su pasado de corrupción en la Comisión Federal de Electricidad, el goce de su nepotismo (decenas de familiares que viven del presupuesto de la CFE), y de se que diera a conocer que vive a cuerpo de rey con varias pensiones, cuyo monto sobrepasan los 400 mil pesos mensuales.
La reacción de Mingo Vázquez ante los trabajos periodísticos debidamente documentados ha sido furiosa, despiadada, pues contesta con insultos, descalificaciones, mentadas de madre, y amenazas y con una “guerra sucia” contra su principal contrincante, usando todas las herramientas digitales para hacerlo aparecer como un demonio.
En pocos días, el candidato del PRIAN demostró que no tiene temple para soportar la crítica bien fundamentada y que su temperamento es de una persona que no tolera que se le digan sus verdades, dando a entender que con Poder es capaz de todo, hasta de mandar matar con tal de callar a quienes ejercen el periodismo con profesionalismo. Trae en su psiquis un asesino en potencia.
Mingo Vázquez llegó a la contienda con la cara de menso, de “capulina”, como si no quebrara un plato, vestido de víctima, como ciudadano intachable, pero El DEBATE le quitó la máscara, contestando él con una “guerra sucia”, criminal, con un comportamiento psicópata, fabricando denuncias penales para proteger a sus “facebookeros” que le ayudan a descargar calumnias y difamaciones.
Como un loco, con delirio de persecución, Mingo Vázquez se presenta ante la sociedad con un “chaleco antibalas” para hacer creer que su vida peligra. El chaleco parece una “camisa de fuerza”, de los usados en los hospitales psiquiátricos para “amarrar” a los locos. Esa es la apariencia que da.
El candidato de coalición opositora ofreció una lección completa a la sociedad ahomense de como una persona que no está preparada para soportar la crítica y que desea detentar el Poder, enloquece en un tris a tal extremo de inventar fantasías con tal de lograr sus propósitos, exteriorizando sus instintos criminales plasmados en los mensajes de su demencial “guerra sucia”.