Los Mochis, Sin, 4 de junio del 2025.- La diputada federal morenista Ana Elizabeth Ayala lanzó una ofensiva política contra el alcalde sustituto de Ahome, Antonio “Toño” Menéndez, en un intento por reposicionarse como posible relevo rumbo a la definición del próximo gobierno municipal. La batalla por el poder en Ahome se libra, esta vez, entre aliados del mismo partido.
En un movimiento de corte interno pero con impacto público, la diputada federal Ana Ayala ha intensificado una campaña de descalificación contra el presidente municipal en funciones, Antonio Menéndez, al que acusa de colgarse de obras que, según ella, fueron gestionadas por su oficina legislativa.
Durante reuniones con líderes vecinales en colonias populares, Ayala ha insistido en que los beneficios anunciados recientemente por Menéndez —24 obras públicas en conjunto con el gobernador Rubén Rocha Moya— fueron posibles gracias a su gestión directa como legisladora. “Toño no movió ni un dedo; esos recursos llegaron gracias a su diputada Ana Ayala”, ha repetido en diversos encuentros privados que poco a poco se han filtrado a la opinión pública.
De forma paralela, la diputada ha comenzado a recorrer el municipio promoviendo su figura como “alternativa real” para consolidar el proyecto de la 4T en el norte de Sinaloa. Con videos propagandísticos en redes sociales y con el respaldo operativo del titular del IPAMA, Ramsés Cázarez —aliado cercano a Ayala— se han organizado acciones para recolectar firmas de directores de Centros de Rehabilitación, quienes formalizan una propuesta de “transición” que la coloque como reemplazo del alcalde actual.
El trasfondo es claro: el interinato de Antonio Menéndez, producto de un acomodo político tras la salida de Gerardo Vargas Landeros, es visto por varios sectores morenistas como una oportunidad para reacomodar fichas en Ahome rumbo a 2027. En ese tablero, Ayala busca no quedarse fuera.
Fuentes al interior del propio Ayuntamiento señalan que la operación de Ayala ha irritado al equipo del alcalde, quien no descarta hacer ajustes en su gabinete, al que algunos califican como “Frankenstein” por la mezcla de intereses que lo integran. Menéndez, hasta ahora con un perfil técnico y sin aspiraciones declaradas, estaría considerando “fajarse los pantalones” y pedir respaldo político a sus funcionarios ante el embate.
