El diagnóstico que encendió las alarmas: Ahome frente a su epidemia delictiva

Un dictamen pericial independiente, elaborado entre 2018 y 2021, reveló las raíces estructurales de la crisis de seguridad que azotó al municipio de Ahome. Con datos precisos y un análisis territorial detallado, el documento se convirtió en el motor de un plan urgente para intentar devolver la paz a los ciudadanos.
Entre 2018 y 2021, Ahome vivió una de las etapas más violentas de su historia reciente. La población atestiguó, día tras día, una cadena de crímenes que no eran hechos aislados, sino parte de un patrón delictivo creciente: homicidios dolosos, robos con violencia, ataques armados y extorsiones se convirtieron en el pan de cada día.
El dictamen pericial, realizado por un especialista en criminología aplicada y análisis territorial, destapó esta cruda realidad con un enfoque mixto: cuantitativo y cualitativo. El estudio se basó en más de tres años de publicaciones periodísticas de medios locales, clasificando las notas por fecha, tipo de delito, zona, víctimas y contexto social. Los mapas de calor generados mostraron con claridad las zonas más afectadas: sectores periféricos de Los Mochis, caminos rurales y principales accesos carreteros.
Además de documentar los delitos, el análisis evidenció la caída en la confianza ciudadana hacia las autoridades y el papel determinante de la falta de patrullaje y vigilancia fija en el auge delictivo. El municipio aparecía fragmentado, con amplias zonas a merced de la criminalidad.
Este dictamen no solo fue un diagnóstico. Permitió al gobierno municipal, encabezado por Gerardo Vargas Landeros, justificar legalmente la adquisición urgente de patrullas, amparándose en la normativa para compras públicas en casos de fuerza mayor. A diferencia de improvisaciones anteriores, el proceso se desarrolló bajo lineamientos de transparencia: se convocaron cuatro proveedores y se documentó cada paso del procedimiento.
Datos relevantes:
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Los delitos más frecuentes en el periodo fueron homicidios dolosos, robos con violencia, extorsiones y ataques armados.
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Las zonas de mayor concentración delictiva fueron Los Mochis y sus alrededores, caminos rurales y accesos carreteros.
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El plan emergente incluyó la compra de más de un centenar de patrullas mediante un proceso transparente y justificado legalmente.
Este plan representó, según autoridades locales, el primer paso para intentar devolver la seguridad a un municipio que clamaba por respuestas concretas frente a una crisis que no admitía más diagnósticos silenciosos.