
En sus primeros seis meses y cinco días de gobierno, el alcalde Gerardo Vargas Landeros demostró que con proyección y visión e intenso trabajo sí es probable que, en menos de tres años, volver a colocar el municipio de Ahome como un ejemplo nacional en infraestructura urbana, prestación de los servicios públicos y modelo en la prevención de delitos.
Después de recibir a Los Mochis, las cabeceras de sindicaturas y comunidades rurales en ruinas y con una medición de casi cero de las encuestadoras más prestigiadas del país, Vargas Landeros fue ubicado entre los primeros lugares de los presidentes municipales del país mejor calificados gracias a la implementación y dinámica de un innovador programa de rescate y desarrollo integral municipal.
A diferencia de los alcaldes que pelean con sus propios trabajadores o con el gobernador Rubén Rocha Moya o de plano se le llevan metidos en la pachanga etílica, el presidente municipal de Ahome trazó lazos de unidad y trabajo con el jefe del Ejecutivo Estatal y no dejó lugar para el ocio público, haciendo uso de la reingeniería estratégica, urbana y rural, para, previo diagnóstico de la precaria economía municipal, desplegar un proyecto de gran calado, inteligente, sostenible e integrador.
Demoscopia Digital desarrolló una encuesta entre 100 alcaldes del país para pulsar el sentir de la población en torno al desarrollo socio-urbano y para saber cómo perciben los servicios públicos como agua potable, drenaje, prevención de delitos, etc. El sondeo realizado por la empresa instaló a Vargas Landeros en el tercer lugar entre los 10 alcaldes mejores calificados del país.
Con base a análisis y trabajos de campo, profundos estudios en cada una de las secretarías y direcciones del ayuntamiento de Ahome, Gerardo Vargas encontró áreas de oportunidad para redireccionar el rescate y la planeación urbana, enfocando un proyecto hacia una administración competitiva, tomando en cuenta la importancia del crecimiento poblacional que obliga a restructurar el trabajo municipal.
El retraso en que se encontraba Los Mochis, en la que convergen las cabeceras de sindicaturas y las comunidades rurales, apremió al jefe del Ejecutivo Municipal a replantear el concepto de ciudad o municipio en una escala local para redimensionarla como un espacio interrelacionado con las otras jurisdicciones y ciudades del estado y del país e involucrarla en el nuevo modelo de desarrollo citadino entendido como un nodo de una red global a la cual pertenece.
En esta red, Los Mochis y sus sindicaturas, sus pueblos, son considerados agentes, actores, componentes o espacios fundamentales para la transformación de las condiciones económicas y sociales de las personas. Así, el municipio se mantiene como un activo para el desarrollo a partir de su integración en redes, de las oportunidades que se generan, de los patrimonios que mantiene en lo cultural, lo social o la educación, así como de las relaciones entre lo local y lo estatal y nacional.
El trabajo de Gerardo Vargas Landeros y su equipo instalado en la secretaría del ayuntamiento, en la Japama, en Seguridad Pública, en Obras Públicas, en Desarrollo Económico, etc., probó que sí se puede con dedicación, inteligencia y mucho trabajo rescatar y transformar el municipio dejando estado ruinoso por la fallida administración de Guillermo -El Billy –Chapman- y volver a colocar a Los Mochis, sus sindicaturas y comunidades como ejemplos a nivel nacional.
