Infancia Vulnerable, Rocha Imperturbable: Mientras los niños trabajan, el gobernador acomoda el tablero político

Culiacán, Sin, 23 de junio de 2025.– La niñez sinaloense atraviesa una crisis silenciosa. De acuerdo con cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más de 59 mil menores de edad laboran en condiciones consideradas inaceptables por la ley. Esta cifra coloca a Sinaloa como uno de los estados con mayor incidencia de trabajo infantil en todo el país.
A pesar de esta realidad, el Gobierno del Estado no ha presentado una estrategia contundente para combatir el fenómeno. Por el contrario, mientras las calles, los campos agrícolas y los mercados son testigos del trabajo forzado de menores, el gobernador Rubén Rocha Moya concentra su energía política en un solo objetivo: apuntalar la carrera de Enrique Inzunza Cázarez, actual senador, como su sucesor en la gubernatura.
Organizaciones como la SIPINNA (Sistema de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes) y la REDIM (Red por los Derechos de la Infancia en México) han advertido del deterioro en las condiciones de vida de los menores sinaloenses. Señalan con preocupación el abandono escolar, la desnutrición y la falta de políticas públicas eficaces como factores que profundizan la exclusión social.
Sin embargo, desde el Palacio de Gobierno la atención parece enfocada en otro frente: la operación política para eliminar adversarios dentro del propio movimiento. En los últimos meses, Rocha Moya ha promovido la salida de alcaldes con proyección electoral como Juan de Dios Gámez (Culiacán), Édgar González (Mazatlán) y ahora Antonio Menéndez (Ahome). A esto se suma el desplazamiento político de la senadora Imelda Castro, crítica dentro de su mismo partido.
La lectura política es clara: se está despejando el camino para Inzunza, considerado pieza clave en el ajedrez sucesorio del rochismo. La estabilidad y el bienestar de las familias más vulnerables han sido relegados a un segundo plano, mientras se privilegian intereses faccionales.
Especialistas advierten que no se trata de una falta de información o de capacidad técnica. El problema es de prioridades. “Rocha no es un gobernador distraído, es un político enfocado, pero no en los problemas sociales, sino en perpetuar el control del poder”, opinó un analista local.
Mientras tanto, en las comunidades rurales, niños y niñas siguen levantándose de madrugada para ayudar en el sustento del hogar, sacrificando su educación, salud y desarrollo. Sin políticas públicas que los amparen y con un Estado que gira en torno a la sucesión, la infancia sinaloense queda huérfana de atención gubernamental.
La paradoja es cruda: mientras desde los discursos se presume una transformación, en los hechos se reproduce la indiferencia de siempre. Y los más pequeños, una vez más, cargan el peso de un sistema que los mira solo cuando cumplen 18… y votan.